La diabetes Mellitus es una enfermedad metabólica que se caracteriza por cursar con hiperglucemia (exceso de glucosa en sangre) debido a la falta de insulina o a la pérdida de acción de la misma. A largo plazo, esta patología, causa lesiones en la mayor parte del organismo, sobre todo en los riñones, los nervios, el corazón, los vasos sanguíneos y en los ojos, donde produce una enfermedad llamada retinopatía diabética.
La Retinopatía diabética: diabetes, la causa más frecuente de ceguera adquirida entre población adulta en España.
La retinopatía diabética es una de las consecuencias de la Diabetes Mellitus y afecta a un elevado porcentaje de diabéticos. Su control es clave para prescribir el tratamiento adecuado, que actualmente es efectivo, y evitar así la progresión de la enfermedad y la consecuente pérdida grave de visión.
La diabetes Mellitus
Es justamente en la retina, la parte noble del ojo, donde se produce el daño causado por el exceso de glucosa, y su deterioro mantenido puede desembocar en la ceguera.
La retinopatía diabética es la primera causa de deficiencia visual y ceguera en adultos de 20 a 74 años de edad en España.
A peor control de la glucemia y más años de enfermedad, más riesgo de desarrollar retinopatía diabética. El 98 por ciento de los diabéticos juveniles y el 80 por ciento de los adultos tienen algún grado de retinopatía a los 15 años de evolución.
Es obligatorio realizar una exploración de la retina y del fondo del ojo una vez al año en todos los diabéticos, sobre todo si llevan más de cinco años con enfermedad, porque la retinopatía diabética tiene actualmente tratamientos efectivos que evitan la progresión y la pérdida grave de visión. En este sentido, es un dato significativo de esto que el 33 por ciento de los pacientes con retinopatía diabética con pérdida visual severa no había ido al oftalmólogo nunca o en los 5 años previos.
Tratamientos para la retinopatía diabética
La ceguera se puede reducir del 50 al 5 por ciento con la prescripción de tratamiento en la retinopatía diabética avanzada. Hay tres líneas de tratamientos en este momento:
Fotocoagulación láser
La fotocoagulación láser ha sido el tratamiento fundamental durante las últimas dos décadas, evitando con su aplicación la progresión hacia la ceguera en muchos pacientes. Actualmente sigue siendo una herramienta necesaria para tratar las lesiones retinianas y evitar la progresión de la enfermedad, aunque su efecto es limitado, sobre todo en el tratamiento del edema macular diabético, en cuyo abordaje las nuevas terapias intravítreas mejoran el resultado.
La cirugía de vitrectomía
Para casos avanzados con hemorragias vítreas o desprendimientos de la retina, la única solución es la intervención quirúrgica que se realiza con la técnica que permite el acceso a la retina, que es la vitrectomía.
Las inyecciones intraoculares
Desde hace pocos años los especialistas disponemos de fármacos que se inyectan en el interior del ojo y controlan el edema que la enfermedad produce en la mácula, mejoran la visión y frenan la evolución de la retinopatía diabética a estadios más graves. Estos fármacos son de dos tipos: los llamados antiangiogénicos y los nuevos corticoides intravítreos.
Los primeros (antiangiogénicos) disminuyen con su utilización la proliferación de los vasos anómalos que aparecen en estadios graves de la enfermedad y mejoran el edema macular.
En cuanto a los corticoides intravitreos de nueva generación, son implantes de liberación lenta que mantienen sus efectos hasta casi seis meses tras su administración, mejorando la inflamación y el edema macular.