Es una nueva forma de estudiar la circulación de la retina y las enfermedades vasculares del fondo del ojo sin la necesidad de inyectar contrastes intravenosos, hasta ahora la Angiografía convencional implicaba inyectar un contraste a través de una vena y fotografiar la retina con un flash a medida que el contraste rellenaba el interior de los vasos sanguíneos, necesitando dilatación de la pupila, deslumbramientos y las molestias de canalización de una vía intravenosa, además de los riesgos del uso de contraste que aunque muy poco frecuentes, pueden llegar a ser importantes.
La Angio-OCT utiliza un láser invisible que hace un barrido por la superficie de la retina, de tal manera que las partes de la retina que no muestran movimiento las representa como un fondo negro y aquellas que se mueven las muestra en blanco. Al detectar el movimiento de la circulación sanguínea, con las células que forman el fluido de la sangre, nos da una imagen muy nítida de todos los capilares y vasos sanguíneos de la retina y podemos detectar si la circulación es normal o presenta alguna patología.
Es una técnica rápida (la adquisición de la imagen tarda menos de 10 segundos) y segura, sin efectos secundarios, que se puede repetir todas las veces que sean necesarias, muy útil para el diagnóstico de la DMAE exudativa, de la Retinopatía Diabética (que es una patología de la microcirculación de la retina) y de todas la patología trombótica de las venas y arterias retinianas.